sábado, 5 de mayo de 2012

Una búsqueda inútil

Por más que te busco no te encuentro. ¡Qué búsqueda tan larga! Te busco por todos los sitios, en cada esquina, en cada gota de lluvia, en cada rayo de sol, en cada brisa que me revuelve el pelo, en cada reflejo en los charcos, en mis sábanas, y no estás, sigues sin estar. Salgo de casa, camino por la calle, ya no llevo la vista fija en el suelo, miro a mi alrededor, te busco desesperada, pero tu te escondes a mis manos. En casa abro las ventanas y las puertas para dejarte entrar pero tu odias este olor a fracaso. Ni la música consigue atraerte, ni los más bellos acordes, ni esas letras que desgarran el alma, pero a ti ya no te desgarran, ya no sientes igual que antes, ya no te gusto, ahora me desprecias y dejas mis bolígrafos llenos de tinta y las hojas vacías. Mis manos quieren oler a tinta seca y mis dedos quieren volver a sentir el papel en la piel. Quiero dedos azules y olor a sentimientos en cada cuaderno. ¿Por qué me rechazas? ¿Por qué estás asqueada de mí? ¿Por qué te molesta mi presencia? Te necesito de vuelta, porque no quiero estar más encerrada, porque mi alma necesita salir de su cárcel, porque quiero sentir tu cosquilleo recorriendo mi cuerpo hasta las yemas de mis dedos y traspasar mis uñas, y llegar al papel.

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