Caminaba por calles desiertas,
sin rumbo.
Mareada por las luces,
aterrada por las sombras
sin rumbo.
Y no podía dejar de andar
Lloraba.
Buscaba algo que no encontraba
Algo que no conocía
Algo que necesitaba
Sin rumbo.
Creí verlo tras muchas esquinas
Tras muchas ventanas,
Tras muchas sábanas.
Y nada.
Corría sin rumbo
Con el vacío de mil desiertos de noche
Y el frío.
Entonces paré.
Me senté en la fría acera
Y me quedé ahí para siempre,
vacía,
sin rumbo,
muerta.
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