Con el corazón absoluto del poema de la vida sanguinariamente desgarrado de su propio cuerpo, comestible durante mil años...
miércoles, 16 de mayo de 2012
Pero ya todo eso no me importa
Es un día horrible. El viento sopla feroz y arrastra las nubes que esconden el sol. Pero ya todo eso no me importa. La piedra sobre la que estamos sentados está dura y helada y el aire frío martiriza mis labios. Pero ya todo eso no me importa. Huele a lluvia y se oyen tormentas a los lejos. Pero ya todo eso no me importa. Me miras y veo alegría en tus ojos. El sonido de tu risa es como la corriente de un río, fuerte y desbocado. Los pajaros revolotean sobre las margaritas y miran sus reflejos en el agua e hinchan sus buches orgullosos. Me coges la mano y aprietas con fuerza, como si fueras ese sol, que no quiere quiere morir enterrado por las nubes.
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