miércoles, 30 de mayo de 2012

Elefantes bajo sombreros

Cuando somos niños vemos las cosas de otra manera. Quizás sea porque estamos más cerca del suelo, todo parece más grande, y apreciamos las cosas pequeñas. Pero poco a poco crecemos, y nos alejamos del asfalto, y nuestros pies los vemos lejanos, pero apenas vemos más allá de nuestras narices. Creemos que esas florecillas que nacen de entre las rajas de las paredes, que esos rayos de sol que luchan contra las nubes en días oscuros, que los charcos que antes pisábamos con alegría, son tan insignificantes que no merece la pena ni mirarlos. Nunca dejes que los años te cieguen, nunca dejes que los años te hagan dejar de apreciar la belleza de las cosas pequeñas, nunca dejes que te escondan elefantes bajo sombreros.

La vela


La única luz era la de una vela. Se iba extinguiendo poco a poco. Ellos se miraban a los ojos, que reflejaban llamas, de la vela y de pasión. A cada beso, una caricia, y a cada caricia, un beso. Pero se abrió la puerta, y la vela cayó al suelo, y ardió todo, y ardía la pasión.




Andalucía


Olor a azahar y a incienso y a castañas
y sonido de palmas y de cantes
y de movimiento de volantes
y de bailes de tacones.
Tardes de luz y alegría,
noches de estrellas y jazmín.
Paredes encaladas
y piedras mozárabes bajo los pies.
Charlas al fresco en verano,
risas cálidas en las noches frías de invierno.
Patios llenos de flores
donde el agua refleja el sol.
Y risas, y acordes de guitarra tras cada reja.  

martes, 29 de mayo de 2012

Mariposas

Y a cada palabra se escapaban de su boca mariposas, y temiendo ella que la luz del sol las cegara, empezó a besarle ansiosamente guardando cada mariposa dentro de sí, donde la oscuridad aún podría esconderlas, para que cuando llegase la noche, abriendo sus ojos, salieran de nuevo y se convirtieran en estrellas.

lunes, 28 de mayo de 2012

Mis monstruos

Ha sido una noche extraña, de pesadillas y sueños angustiosos. Me acurruco entre las sábanas escondiéndome de los monstruos de mi imaginación. Y entonces, un sonido vibrante y horrible. Ya es la hora de salir de la cama, vestirse, desayunar y la misma rutina de cada día. Ahora sí que me escondo bajo las sábanas, la angustia vuelve a mi alma rota, y el miedo, la diferencia es que a esos monstruos no los despisto bajo una manta.

¡Desbócate conmigo!

Una cama ansiosa, y dos amantes que se desean, la ropa que sobra, la piel que suda, una caricia y el estremecerse, y labios húmedos, las lenguas que se bailan, las uñas que se hincan en la piel, y arañan, y dejan marcas, y duelen, y la vuelta al placer, al desboque, a nuestra locura.

domingo, 27 de mayo de 2012

Lágrimas

Dolor en cada gesto, cada palabra de reproche, dolor en cada risotada, en cada burla, dolor en cada desprecio, en cada mueca de asco. Dolor por cada vez que dijiste que todo lo que hacía lo hacía mal. Dolor por cada vez que tiraste y perdiste mis regalos. Dolor por las veces que no te preocupaste por si me molestaron tus palabras. Dolor en cada lágrima que me hiciste derramar aun siendo mi madre.

Arena y sol

Ese aire caliente que anuncia ya el verano, y el olor a mar, y la arena blanca entre los dedos. Mis pies hundiéndose y marcando mis pasos, las conchas que se clavan en las plantas, la brisa que alborota mi pelo, y el mar se me refleja en los ojos. Me acerco y el agua helada me hace estremecer. Poco a poco voy avanzando y las olas me acarician cada trozo de la piel. Y un dolor agudo, y sangre en el pie, y el agua helada, y el sol bañándome. El primer día de playa.

sábado, 26 de mayo de 2012

Un cuento

Un camino tan largo por delante, y demasiadas piedras en él. Un camino desértico, agobiante, donde no veo más que arena y rocas, rocas con las que tropiezo y me levanto con heridas sangrantes dificiles de cicatrizar. Pero un día, caminando cabizbaja como siempre, escuché el correr del agua. Y allí enfrente mía, encontré un lago. Un lago grandioso, de agua cristalina. En él podía ver mi reflejo, hermoso y perfecto a mis ojos. Tantos pasos, tantas caídas, tantas heridas, me habían dado una sed terrible, y al fin estaba él allí para calmar mi sed. Y me agaché y bebí y bebí sin descanso durante días hasta que me di por satisfecha. Me levanté del suelo y me alejé del lago. Mis pies ya no estaban cansados ni doloridos de andar, mis heridas ya no sangraban.. Pero apenas había dado unos pasos y volvía a tener sed, y regresé al lago. Y desde entonces no he podido alejarme de ese lago, el único que era capaz de calmar mi sed y curar mis heridas, el lago cristalino que había visto tantas veces en sueños, ideal y bello... Y ahora lo había encontrado en mi camino y ni él quería dejarme ir ni yo quería dejarlo pasar. Quizás tenía que encontrar ese lago, quizás él tenía que atraparme a mí. Pero ahora estoy frente a él y es el mejor néctar, y es el único capaz de absorber la sangre de tantas y tantas heridas...

jueves, 24 de mayo de 2012

¡Sácame de aquí!

Intento escribiros algo y no lo consigo. Está de nuevo esta sensación que me bloquea. La misma de cada mañana cuando, tras extrañas pesadillas y desvelos, me hace sentirme frente a un abismo. Entre la oscuridad, ese timbre irritante del reloj busca despertarme, pero yo no puedo salir de la cama. Quiero esconderme debajo de las sábanas, que esa angustia se quede solo en mis sueños. Quiero no tener miedo a calzarme los zapatos cada día, a salir de casa aunque haga frío, a saludar a todos con una sonrisa. A veces desearía volver a ser esa niña que cada mañana, hiciera sol o lloviese, se levantaba de la cama temprano, corría a la cama de sus padres y los despertaba con un "venga, arriba, que se hace tarde".

El reloj

Y al abrir él sus ojos marrones, el reloj dio medianoche, y el soldado de plomo se giró, lo miró fijamente y se los volvió a cerrar, apagando la única luz del salón.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Entre las sábanas

El ambiente está cargado, la habitación huele a sexo, los cuerpos se desean y las pieles arden. Escondidos entre las sábanas nos susurramos al oído sentimientos prohibidos. Nuestras lenguas se funden en besos clandestinos. Tu saliva es mi néctar y tus manos mi locura. Cántame bajito gemidos inaudibles, pasa tus dedos por mi piel, juguemos a contar lunares. Déjame beber de tu cuerpo hasta saciarme y no me digas que pare. Deja que la noche sea eterna, que tus dedos bailen en mi entrepierna, no pienses en nada. Que todo sea pasión en esta oscuridad que no cesa



lunes, 21 de mayo de 2012

Bajo el paraguas rosa

Llueve. Huele a tierra mojada. Vaya olor tan maravilloso, ¿no? Y camino pisando los charcos y salpicándome los zapatos. El sonido de las gotas repiqueteando en mi paraguas me relaja. Tengo la mano helada de sostener el paraguas y de que aire y la lluvia ataque su piel. Pero ya no camino sola, ahora debajo de este paraguas estás tú. Tú, con tus risas que son tan alegres como el agua que riega los campos, con tus abrazos que son el mejor abrigo para mi piel, con tus besos que son el néctar que me cura la sed. Esta lluvia nos quiere. Le gusta vernos caminar y chapotear en los charcos. Le gustan nuestros besos furtivos debajo de ese paraguas rosa. Le encanta que nuestras manos se unan para calmar el frío de la piel. Ya las gotas que resbalan por mis mejillas no son lágrimas, son gotitas de lluvia, esa lluvia que nos ama, que nos da vida, que me inunda el corazón de alegría. Esa alegría que solo me das tú.

sábado, 19 de mayo de 2012

No pienses 2

Recuerdos, la lluvia, el viento golpeando la persiana, el canturreo de los pájaros, mi cama sigue vacía, un coche arranca, y te echo de menos. Una cama inmensa, una cabeza turbada, recuerdos dolorosos, melancolía de lluvia tras los cristales, errores, una piel que arde, y los pajarillos siguen con su canturreo, y mi cama vacía, esperando.

miércoles, 16 de mayo de 2012

No pienses

Un camino dorado, y un puente viejo, y unas botas rojas, y los charcos, y un paraguas azul, y una acera, y amarillo, y una puerta, y un árbol grande, muerte, silencio, melodía de un piano blanco de cola, bandejas, espejos, reflejos, ojos castaños, pestañas húmedas por las lágrimas, labios secos por el viento, uñas resquebrajadas, azul, las nubes, el mar, la sal, la arena, los pies, la piel ardiente, hielo y el frío.

Pero ya todo eso no me importa

Es un día horrible. El viento sopla feroz y arrastra las nubes que esconden el sol. Pero ya todo eso no me importa. La piedra sobre la que estamos sentados está dura y helada y el aire frío martiriza mis labios. Pero ya todo eso no me importa. Huele a lluvia y se oyen tormentas a los lejos. Pero ya todo eso no me importa. Me miras y veo alegría en tus ojos. El sonido de tu risa es como la corriente de un río, fuerte y desbocado. Los pajaros revolotean sobre las margaritas y miran sus reflejos en el agua e hinchan sus buches orgullosos. Me coges la mano y aprietas con fuerza, como si fueras ese sol, que no quiere quiere morir enterrado por las nubes.

El agua de mi desierto

Es sonrisas cuando hay oscuridad, el sol que lucha contra las nubes que me turban, el viento que las hace desaparecer. Es caricias soleadas, la hierba que te pincha la ropa, reflejos dorados sobre agua estancada y sucia, es amapolas entre el trigo verde, golondrinas en un día de lluvia. Es paseos bajo el sol y abrazos eternos bajo la luna. Es esos besos de tabaco y esa saliva que es agua en el desierto.

sábado, 5 de mayo de 2012

Una búsqueda inútil

Por más que te busco no te encuentro. ¡Qué búsqueda tan larga! Te busco por todos los sitios, en cada esquina, en cada gota de lluvia, en cada rayo de sol, en cada brisa que me revuelve el pelo, en cada reflejo en los charcos, en mis sábanas, y no estás, sigues sin estar. Salgo de casa, camino por la calle, ya no llevo la vista fija en el suelo, miro a mi alrededor, te busco desesperada, pero tu te escondes a mis manos. En casa abro las ventanas y las puertas para dejarte entrar pero tu odias este olor a fracaso. Ni la música consigue atraerte, ni los más bellos acordes, ni esas letras que desgarran el alma, pero a ti ya no te desgarran, ya no sientes igual que antes, ya no te gusto, ahora me desprecias y dejas mis bolígrafos llenos de tinta y las hojas vacías. Mis manos quieren oler a tinta seca y mis dedos quieren volver a sentir el papel en la piel. Quiero dedos azules y olor a sentimientos en cada cuaderno. ¿Por qué me rechazas? ¿Por qué estás asqueada de mí? ¿Por qué te molesta mi presencia? Te necesito de vuelta, porque no quiero estar más encerrada, porque mi alma necesita salir de su cárcel, porque quiero sentir tu cosquilleo recorriendo mi cuerpo hasta las yemas de mis dedos y traspasar mis uñas, y llegar al papel.