Reencuentros de risas nerviosas, de brillo en los ojos, de abrazos, de labios que se echaban de menos, de latidos que se escuchan con la cabeza en el pecho, de pasión, de empañar los cristales. De pieles que arden.
Con el corazón absoluto del poema de la vida sanguinariamente desgarrado de su propio cuerpo, comestible durante mil años...
domingo, 23 de diciembre de 2012
domingo, 9 de diciembre de 2012
No puedo evitarlo
No puedo evitar los nervios antes de verlo. No puedo evitar sonreír cuando me saluda. No puedo evitar sentirme morir en cada beso y cada orgasmo, como no puedo evitar echarle de menos cuando nos despedimos.
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