viernes, 27 de enero de 2012

Gotas que resbalan

Sentada frente a la ventana ves como las gotas empiezan a mojar el cristal. Decido salir de casa y dejar que las gotas de lluvia caigan sobre mí, sobre mis brazos, mi cara ... Me siento en la puerta y me pongo a leer un libro mientras oigo como el sonido de las gotas golpeando el asfalto repiquetea en mis oídos. Y al cabo de un rato, comienza ese maravilloso olor, el olor de la tierra mojada que inunda tu interior y te hace sentir tan en unión con la naturaleza. Me levanto, cojo un paraguas y salgo a pasear. Mis zapatos pisan los charcos con ese divertido chapoteo que moja mis botas. Las miro y allí esta mi reflejo, devolviéndome la mirada desde el agua fría del mes de enero. Y entonces aparto el paraguas y dejo que las gotas caigan sobre mi cara, que resbalen por mi nariz...

viernes, 6 de enero de 2012

Tristezas de un día de enero

Sabes que el día irá mal cuando escuchas a toda tu familia reír en el piso de arriba y tu ni siquiera puedes levantarte de la cama. Sientes dolor y no es solo físico. Prefieres quedarte a oscuras, con la manta hasta las cejas sin hablar con nadie, sin que nadie mire y vea que tus ojos están tristes. Y entonces, pasas el día en frente de la televisión, sola, mirándola pero sin ver nada. Y sigues oyendo a los niños jugar en la calle, con esos regalos, emocionados, riendo a carcajadas y tú sintiéndote más sola que nunca. Te encierras en tu habitación, a oscuras, te pones los cascos y la música a todo volumen para no poder ni escuchar tus pensamientos. Esos pensamientos que te van comiendo por dentro, destrozándote...

martes, 3 de enero de 2012

Letras en la piel y brillo en los ojos

Es 30 de diciembre de 2011 y hoy toca grabar un vídeo con unas amigas que me van a ayudar. No tengo muy claro lo que quiero hacer, algunas ideas pasan por mi mente, pero no hay nada claro, ya irá saliendo. Decidimos bajar a la verbena y grabar algunas tomas para las que necesito pintarme los pies y las manos. Me descalzo y mis amigas me empiezan a pintar los pies y entonces el rotulador empieza a rozar mi piel y a llenarla de letras de canciones, frases de un libro que llevaba en el bolso, cosas que se nos pasan por la cabeza... Y en unos minutos decenas de letras cubren mis pies. Entonces toca empezar a grabar. Me pongo de pie y siento el frío de las piedras en mis huesos. Las tomas deben ser de mis pies andando descalzos sobre hojas secas. Hojas que cuando las piso crujen y puedo sentir esa vida ya muerta en mi piel. Acabamos esas tomas y subimos al Casco Antiguo, llegamos al balcón pero ya es de noche y es imposible grabar nada. Me asomo el balcón y veo miles de luces de todos los colores a mis pies, y elevo la mirada, sobre mí un oscuro cielo estrellado y ante mis ojos, la luna blanca y redonda alumbrando mi cara, mis ojos...