Con el corazón absoluto del poema de la vida sanguinariamente desgarrado de su propio cuerpo, comestible durante mil años...
domingo, 9 de diciembre de 2012
No puedo evitarlo
No puedo evitar los nervios antes de verlo. No puedo evitar sonreír cuando me saluda. No puedo evitar sentirme morir en cada beso y cada orgasmo, como no puedo evitar echarle de menos cuando nos despedimos.
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