martes, 21 de agosto de 2012

Alegoría

Una casa antigua, encalada, andaluza, con su patio lleno de flores ya marchitas, y el susurro olvidado de un agua que ya no corre. Dentro, una habitación oscura, de techos infinitos y ventanas tapiadas por las que la luz no puede pasar. Y en una esquina, en una silla vieja sentada, una mujer. El pelo oscuro, lacio, le cae sobre los ojos. Unos ojos que derraman lágrimas, que miran al suelo y a las paredes. Unos labios, antaño claveles, ahora marchitos, se mueven inútilmente buscando pronunciar palabras que quedarán para siempre, encarceladas tras muros bañados en cal.

1 comentario:

  1. Me ha transmitido tristeza, melancolía por el pasar del tiempo y una soledad qe oprime el alma y el corazon. Breve y bonito, un saludo y si quieres pasate por mi blog http://thelostsilence.blogspot.com.es/2012/09/ultimo-verano.html?m=1. Un saludo!!

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