Con el corazón absoluto del poema de la vida sanguinariamente desgarrado de su propio cuerpo, comestible durante mil años...
viernes, 27 de enero de 2012
Gotas que resbalan
Sentada frente a la ventana ves como las gotas empiezan a mojar el cristal. Decido salir de casa y dejar que las gotas de lluvia caigan sobre mí, sobre mis brazos, mi cara ... Me siento en la puerta y me pongo a leer un libro mientras oigo como el sonido de las gotas golpeando el asfalto repiquetea en mis oídos. Y al cabo de un rato, comienza ese maravilloso olor, el olor de la tierra mojada que inunda tu interior y te hace sentir tan en unión con la naturaleza. Me levanto, cojo un paraguas y salgo a pasear. Mis zapatos pisan los charcos con ese divertido chapoteo que moja mis botas. Las miro y allí esta mi reflejo, devolviéndome la mirada desde el agua fría del mes de enero. Y entonces aparto el paraguas y dejo que las gotas caigan sobre mi cara, que resbalen por mi nariz...
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