Con el corazón absoluto del poema de la vida sanguinariamente desgarrado de su propio cuerpo, comestible durante mil años...
viernes, 6 de enero de 2012
Tristezas de un día de enero
Sabes que el día irá mal cuando escuchas a toda tu familia reír en el piso de arriba y tu ni siquiera puedes levantarte de la cama. Sientes dolor y no es solo físico. Prefieres quedarte a oscuras, con la manta hasta las cejas sin hablar con nadie, sin que nadie mire y vea que tus ojos están tristes. Y entonces, pasas el día en frente de la televisión, sola, mirándola pero sin ver nada. Y sigues oyendo a los niños jugar en la calle, con esos regalos, emocionados, riendo a carcajadas y tú sintiéndote más sola que nunca. Te encierras en tu habitación, a oscuras, te pones los cascos y la música a todo volumen para no poder ni escuchar tus pensamientos. Esos pensamientos que te van comiendo por dentro, destrozándote...
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